jueves, 19 de abril de 2012

Un elixir de juventud para mi teléfono fijo








     Cada día espero impaciente las llamadas de Jazztel. Gracias a la tenacidad de la susodicha compañía mi teléfono fijo ha rejuvenecido y sigue dando su clásico tono de llamada, pero con la alegría y el vigor de un adolescente. Su inconfundible  ...ringgggg ....ringgggggg.... suena ahora alegre como unas castañuelas, como en sus mejores años de "recién llegado a casa". Yo enseguida acudo a su encuentro, corriendo la gran maratón por los pasillos y exponiéndome a convertir mi casa en una pista de patinaje y aterrizaje. Y es que yo soy así, me gustan las emociones fuertes, y el sonido del teléfono me pone a cien. Antes de que suene el cuarto tono ya estoy descolgando el auricular y....:

        
     - Buenas tardes, mi nombre es  X, Y, Z, .......... de la compañía Jazztel.

    -Vaya!!! ¡Cómo no iba a ser Jazztel! Les estaba esperando, si es que yo tengo mi teléfono fijo única y exclusivamente para atender sus llamadas- le contesté amablemente a la teleoperadora  que, puntual a su cita diaria, llamó aquella tarde.

     A través  del hilo telefónico pude percibir, por su tono, que a mi interlocutora el rostro se le había inundado de alegría y resplandor, y que empezaba a relamerse de gusto pensando que una nueva presa estaba a punto de caer en sus garras para engrosar su lista de clientes, y esta vez con el mínimo esfuerzo. Fue una lástima que no entendiera la ironía que encerraba mi aparente amabilidad porque su felicidad se vino abajo en cuestión de segundos en cuanto cambié de tono y empecé con la retahíla de todos los días: 

¡¡¡ Estoy harta de las llamadas de Jazztel !!! 
¡¡¡No, no quiero cambiarme a Jazztel !!!
¡¡¡No, no me interesa ahorrar !!!
¡¡¡No me molesten más, por favor!!!

P.D. Mis respetos a tod@s los teleoperadores, entiendo que están realizando su trabajo pero .... mi paciencia tiene un límite que yo he sobrepasado hace tiempo. He recibido hasta tres y cuatro llamadas diarias, incluidos sábados y algún domingo.


jueves, 12 de abril de 2012

Y ... más dibujos garabateados !!!



























   


     Llenar un papel de dibujos garabateados con formas extrañas es algo que inconscientemente vengo realizando desde mis primeros años de estudiante. Garabatos que siempre quedaban entre cuadernos y carpetas, o arrugados en el fondo de una papelera cuando el soporte utilizado era cualquier  pedazo de papel , cartón o simple servilleta que se encontraban  al alcance de mi mano.

     He observado que últimamente esta manía de garabatear está cobrando más asiduidad, hasta el punto que ya no asisto a ninguna reunión de trabajo sin llevar algún cuaderno. Sobre el tipo de papel , lápiz, bolígrafo, color, ... no tengo preferencias. Cualquier artilugio que pinte me sirve.

     También me he dado cuenta que  garabatear me ayuda a concentrarme, a pensar,  y también a soportar y mantener la atención en reuniones, sobre todo cuando los temas a tratar son monótonos y aburridos.

     Dibujar garabatos  no es una pérdida de tiempo, tampoco suponen una distracción,  más bien son la proyección de lo que el subconsciente está procesando con los  mensajes recibidos en cada momento.

¿Tendría que ponerme a analizar e interpretar cada uno de los elementos que he dibujado?

    Tal vez algún día lo haga, de momento he decidido guardarlos y compartirlos con vosotr@s.





lunes, 2 de abril de 2012

Querida Matilde



  • Autor: Israel Horovitz. 
  • Versión de: Antonio Albert y Juan Luis Iborra
  • Director: Juan Luis Iborra
  • Intérpretes: Lola Herrera, Ana Labordeta, Daniel Freire


 Querida Matilde se sube a los escenarios  de la mano de una de las grandes de nuestra escena, Lola Herrera, acompañada de Daniel Freire y Ana Labordeta.
La trama comienza cuando el joven Matías llega de Buenos Aires para ocupar el piso que le ha dejado en herencia su padre. Lo que él no sabía es que la casa está ocupada por una mujer, Matilde, y su hija. Matías no puede echarlas porque la señora tiene un antiguo trato con su padre, así que el joven decide alquilar una habitación y vivir con ellas. Esta decisión traerá consigo inesperadas consecuencias.


     Reconozco que ver a Lola Herrera sobre las tablas siempre es un placer. Sin embargo en esta ocasión su interpretación no fue nada espectacular, aunque sí correcta. Tal vez el libreto no permitía sacar todo el jugo de esta gran actriz, o tal vez la edad que tiene sea la responsable de optar por una interpretación más relajada y monótona.  Por el contrario, Daniel Freire y Ana Labordeta, abusando de sus cambios de registro, se excedieron en  gritos  y gesticulación  durante toda la obra, llegando incluso a dificultar la audición de la misma.

     En mi opinión, es una comedia sin mayor transcendencia, a la que le falta el típico enredo de este género. El mismo planteamiento del comienzo es el que lleva al final de la obra sin  sorpresas ni sobresaltos.  Una obra  para pasar un rato simplemente  entretenido, con algún momento divertido que consigue arrancarte el esbozo de alguna que otra sonrisa sin  llegar a la carcajada.

     Tengo que resaltar que, pese a la mediocridad del libreto e interpretación,  el decorado fue un lujazo, cuidado hasta el último detalle en cuanto a  mobiliario e iluminación. Esto me llamó la atención puesto que últimamente el teatro actual está sustituyendo el minucioso y tradicional decorado por la alta tecnología audiovisual. 
 Lo dicho, un decorado de lujo.





En Pontevedra - 31 de marzo 2012

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