miércoles, 29 de agosto de 2012

Horizonte marino




      Caminaba sola sobre la arena. Las olas, desafiantes y juguetonas, borraban sus pisadas como queriendo llevarse la pena que, al igual que su sombra, siempre la acompañaba. La mirada perdida en el horizonte azul buscaba anhelante… ¡la ola!  … esa ola que le traería la paz, la que bañaría su alma de esperanza, la que le arrebataría por breves instantes la pena que la aprisionaba. El horizonte no se divisaba, cielo y mar se habían fundido en un profundo beso y el azul …intenso, ultramar, celeste, marino, … cubría la bóveda celeste.

     Su paseo tenía una meta, llegar a las rocas. Al compás de las olas sus pasos se deslizaban entre el agua y la arena , la brisa marina le acariciaba el rostro antes de entrelazarse por sus cabellos direccionándolos a modo de velas.  

      Había llegado. Sentada sobre una roca y sin perder de vista el horizonte, escucha "la voz del mar". Las lágrimas empiezan a brotar y  el nudo que le ahogaba en la garganta se deshace  para gritar:

     -¡El mar! ¡Mi mar! … el liberador de mi alma oprimida, donde la pesadumbre y las lágrimas se funden con las olas y juntas rompen su furia contra las rocas, donde las penas que me atormentan se diluyen con la sal de la brisa marina en la inmensidad del océano, …



Atenea




 Con este relato, y por primera vez, participo en un certamen de relatos cortos. El tema propuesto para  este mes de agosto estaba relacionado con el mar, un tema demasiado tentador para mí. Así que, en un arrebato de osadía, lo escribí  y lo envié, sin pensarlo dos veces.                                            

miércoles, 22 de agosto de 2012

Habla el silencio



"Cuando callas también hablas de ti mismo"



                                                                                                                                    Atenea 2012

Cuando callas un secreto 
conozco tu fidelidad de amigo.

Cuando callas tu propio dolor
conozco tu fortaleza.

Cuando callas ante el dolor ajeno
conozco tu impotencia y tu respeto.

Cuando callas ante lo imposible
conozco tu madurez y dominio.

Cuando callas ante la estupidez ajena
conozco tu sabiduría.

Cuando callas ante lo que ignoras
conozco tu prudencia.

Cuando callas tus propios méritos
conozco tu humildad y grandeza.

El Silencio es el tiempo donde el sabio medita,
la cárcel de la que huye el necio.


George Elliot
(1819-1880)

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