Caminaba sola sobre la arena. Las olas, desafiantes y juguetonas, borraban sus pisadas como queriendo llevarse la pena que, al igual que su sombra, siempre la acompañaba. La mirada perdida en el horizonte azul buscaba anhelante… ¡la ola! … esa ola que le traería la paz, la que bañaría su alma de esperanza, la que le arrebataría por breves instantes la pena que la aprisionaba. El horizonte no se divisaba, cielo y mar se habían fundido en un profundo beso y el azul …intenso, ultramar, celeste, marino, … cubría la bóveda celeste.
Su paseo tenía una meta, llegar a las rocas. Al compás de las olas sus pasos se deslizaban entre el agua y la arena , la brisa marina le acariciaba el rostro antes de entrelazarse por sus cabellos direccionándolos a modo de velas.
Había llegado. Sentada sobre una roca y sin perder de vista el horizonte, escucha "la voz del mar". Las lágrimas empiezan a brotar y el nudo que le ahogaba en la garganta se deshace para gritar:
-¡El mar! ¡Mi mar! … el liberador de mi alma oprimida, donde la pesadumbre y las lágrimas se funden con las olas y juntas rompen su furia contra las rocas, donde las penas que me atormentan se diluyen con la sal de la brisa marina en la inmensidad del océano, …
Atenea
Con este relato, y por primera vez, participo en un certamen de relatos cortos. El tema propuesto para este mes de agosto estaba relacionado con el mar, un tema demasiado tentador para mí. Así que, en un arrebato de osadía, lo escribí y lo envié, sin pensarlo dos veces.
Cuantas veces he pensado algo parecido mirando el mar amiga...
ResponderEliminarY también saltan las lágrimas ante tal belleza...es inevitable a veces...
Preciosa entrada, entrañable!
Pocos paseos he hecho como los tuyos, pero son sensaciones fantásticas, besos amiga
ResponderEliminar¡¡Cuanta sensibilidad!! ¡¡Cuanta metáfora!! Las metáforas literarias ya no son de nuestro amigo, son tuyas. Es impresionante la gama de azules que aparecen en las fotos. Bicossss y preparada para la " Quedada"
ResponderEliminar¡Bien!. Me ha gustado tu primera incursión en el relato breve, sobre todo por esa búsqueda de un remanso de paz junto a unas olas que absorberán las lágrimas disipando todas las penas.
ResponderEliminarLas fotografías son deliciosas : ¡el azul del mar es único!. ¿Son tuyas?.
Un beso Atenea.
Laura, me alegro de que te haya gustado, muchas gracias por tus palabras. Las fotografías son mías, son del verano pasado en la playa de Loureiro (Bueu). Ya las había publicado en mi blog de imágenes y al verlas de nuevo me parecieron perfectas para ilustrar el relato, la gama de azules que tiene el mar en días claros es una pasada.
EliminarBesos, Laura !!!
Hoy Atenea, me asomo por tus letras y me quedo con la boca abierta, cuántos sentimientos parecidos, cuántas palabras iguales, el mar, mi mar, la arena, la orilla, el horizonte, las lágrimas,...
ResponderEliminarMe voy impregnada de tu océano y me vuelvo a mi mar, mi Mar Mediterráneo...
Besicos,amiga.