Un año más llega septiembre y con él multitud de actividades que ya forman parte de nuestras rutinas durante los meses de otoño e invierno. Asistir a las representaciones teatrales que llegan a mi ciudad sigue siendo una de mis aficciones.
Me gusta también dejar una pequeña reseña y punto de vista personal en este blog, como venía haciendo. La temporada pasada, (no sé si por dejadez, por falta de tiempo o por dar prioridad a los microrrelatos), sólo reseñé la primera obra que vi. Lamento no haberlo hecho en su momento porque entre otras se quedó "Yerma", una joya teatral puesta en escena con todo el lujo y riqueza poética de García Lorca, una obra repleta de metáforas literarias y visuales.
También septiembre es un mes de nuevas expectativas, la mía en este terreno es no dejar de hacer las reseñas teatrales. Espero cumplirla, y aquí os dejo la primera de la temporada ...
Ni para ti, ni para mí
Dirección: Juan Luis Iborra
Intérpretes: Belinda Washington y Miriam Díaz Aroca
Dos mujeres acaban de sufrir una pérdida irreparable. Las dos se han quedado viudas. En el tanatorio, cuando van a recoger las cenizas, descubren que no sólo comparten la pena por haber perdido a su marido, sino que, además, el difunto es el mismo: han estado casadas con el mismo hombre y sólo hay un kilo de cenizas a repartir entre las dos. La pena se convierte en rabia y fracaso y mientras una quiere averiguar qué tiene la otra que no tuviera ella, la otra quiere olvidar todo cuanto antes y pasar página. Pero no les va a ser fácil: el difunto les tiene guardada una nueva sorpresa. Si quieren heredar algo de él deberán convivir en un mismo piso las dos, en amor y compañía…
Cuando te sientas en la butaca de un teatro y el género que te ofrecen es una comedia las expectativas no son muchas, simplemente buscas entretenimiento, pasar un buen rato y reírte un poco, sobre todo esto y creo que en los tiempos que corren es ya tan necesario que casi se está convirtiendo en una necesidad vital.
"Ni para ti ni para mí" cumple esas expectativas gracias a la excelente interpretación de esta pareja de actrices que, con gran dinamismo y complicidad sobre las tablas, llevan a buen término esta comedia. Diálogos repletos de humor que van subiendo de nivel a medida que transcurre la obra, buscando incluso la complicidad del público que no deja de aplaudir tras cada una de las diez escenas en que está dividido el libreto.
Salvo la magistral interpretación de Belinda Washington y Miriam Díaz Aroca , la obra en general roza la mediocridad. Tanto el texto como el desarrollo de la trama son bastante previsibles y el tema de las dos viudas que comparten difunto, demasiado recurrente. En cuanto al decorado fue pobre y con muy poco gusto. La misma estancia, convertida en tanatorio, bar, casa, calle, ….. pero con muy pocos elementos escénicos a pesar del apoyo tecnológico que fue de lo más primitivo.
Y ya para terminar tengo que aplaudir la actuación de las dos únicas intérpretes que me pareció genial, ellas solas consiguen defender el espectáculo a muerte con sus peculiares registros de voz, sus divertidos diálogos que dejaban entrever lo bien que se lo pasaban en el escenario, la complicidad existente entre ellas y la satisfacción de creer en lo que hacían.