Intuición, simplemente intuición !!!

Imagen tomada de internet

      A pesar de vivir en la tierra de las "meigas" y  de que mi lugar de trabajo está situado  en el epicentro del pueblo donde las brujas proliferan y pueden aparecen a la vuelta de cualquier esquina, puedo afirmar rotundamente que " no soy supersticiosa".

     Mi intuición natural me lleva a veces a vaticinar acontecimientos o actuaciones de  algunos personajes que comparten mi espacio laboral ( podría llamarlos compañer@s , pero este término me lo reservo para mis verdaderos compañer@s de trabajo, además de amig@s, entre los que también se encuentra "mi amigo Nebrija").

     Bueno, a lo que íbamos, hace ya bastante tiempo que, tras mis esporádicos augurios, mi compañera y amiga me repetía una y otra vez: "tú tienes una bola de cristal". Como el sentido del humor no nos falta a ninguna de las dos, más bien andamos sobradas, con unas cuantas carcajadas el asunto quedaba zanjado. Debo aclarar  cómo eran las carcajadas, unas carcajadas de lo más común y habitual: ésas que al unísono incrementan la intensidad  y la velocidad del sonido, sus ecos y resonancias  atraviesan velozmente las paredes de las diferentes dependencias, llegando a provocar, en algunos receptores, notables síntomas de malestar, con un posterior empeoramiento de sus respectivos y habituales estados de amargura e impotencia ( o incompetencia).

     Todo quedaba en eso, unas risotadas con daños colaterales involuntarios. Pero he aquí, que hace unos días una compañera, que apenas lleva un mes, y sí es una compañer@, se dirige a mí, eufórica y asombrada:

-Oye, tú tienes poderes !!! Es tal como lo habías dicho !!! Me he quedado  alucinada !!! En cuestión de segundos has procesado la información y has emitido un veredicto premonitorio infalible.

     Siento no poder daros más detalles sobre el hecho, pero este tema de las supuestas adivinaciones ha  llegado a un  punto en el que me estoy empezando a preocupar y tengo que dejar claras algunas cosas, no vaya a ser que acabe como la "María Soliña" quemada en la playa de Rodeira, porque de este pueblo se puede esperar cualquier cosa.

No, no tengo una bola de cristal !!! 

Tampoco tengo poderes  !!!

¡¡¡ Intuición, simplemente intuición !!!

Melodía del silencio

     Cuando el estrés me acosa, me persigue, me asedia, ... necesito una pausa, una pausa de silencio para encontrarme con la soledad, con la naturaleza, con el mar, con las nubes, con la música, con mi silencio, con mi alma.
      Del silencio y de la soledad nacen las mejores palabras, las que se deslizan a través de la pluma y sin necesidad de tinta porque salen directas del alma ... las que no se pueden grabar en papel porque danzan ... y te envuelven... y se elevan ... y te levantan.
     Son palabras que con el viento bailan, al compás de las olas suenan sus acordes, en fresco y salobre pentagrama.

¡Son  polifonía armoniosa!

¡Son  la melodía del alma!

Yo, el heredero

 

 Autor: Eduardo de Filippo.
 Dirección: Francesco Saponaro.
 Escenografía: Andrea D’Odorico. 
Reparto: Ernesto Alterio, José Manuel Seda, Concha Cuetos, Natalie Pinot, Mikele Urroz, Yoima Valdés...

 

"En 1942, Eduardo de Filippo escribió la primera versión de ‘Yo, el heredero’. Era una época difícil para Europa y, también, para una España en plena postguerra. El dramaturgo italiano ponía en solfa la caridad de la clase privilegiada con una farsa que llega ahora al Teatro con un hermoso montaje.

Ludovico es el heredero de un señor que, durante 37 años, vivió de la caridad de una familia adinerada. Todos los miembros de la misma se afanan en mostrarse entregados al prójimo pero, parece, disimulan realmente su sentimiento de clase. Será el heredero el que les muestre sus verdaderas caras con un agotador ejercicio de cinismo, surrealismo y mala leche."


     Una puesta en escena de lo más correcta que lleva al espectador a disfrutar con agrado de las casi dos horas que dura la obra. 
     El peso de la representación lo lleva el protagonista, Ludovico,
(Ernesto Alterio) con una intensa y excelente interpretación tanto verbal como gestual. 
     José Manuel Seda, en el papel de Amadeo, también fue brillante secundando la  fabulosa verborrea del protagonista basada en un  juego de palabras y enredos.
     Hasta doce actores y actrices completan el elenco, con papeles de escasa interpretación aunque muy bien llevadas a cabo.
     La historia tiene un fin moralizador y trata de ridiculizar las herencias familiares y el sentido de la caridad cristiana mal entendida. Una obra con sentido del humor para reír y disfrutar, que en muchos momentos me recordó al teatro de Molière por su matiz caricaturesco. 
     Merece la pena que la veáis, si tenéis ocasión, sobre todo por la majestuosa actuación de Ernesto Alterio que, vuelvo a repetir, fue el que llevó todo el peso de la obra y el responsable de que las dos horas de espectáculo pasaran sin apenas darse cuenta.

En Pontevedra -1 de marzo 2012