lunes, 21 de mayo de 2012

La escuela de la desobediencia












Obra: 'La escuela de la desobediencia'. 
Dramaturgia: Paco Bezerra (a partir de los textos 'L'École des filles' -anónimo- y 'Ragionamenti', de Pietro Aretino. 
Intérpretes: María Adánez y Cristina Marcos. 
Soprano: Rosa Miranda. 
Viola de gamba: Sofía Alegre.
 Espacio escénico: Mónica Boromello.
Vestuario: Paco Delgado.
Iluminación: David Hortelano. 
Espacio sonoro: Luis Miguel Cobo. 
Dirección: Luis Luque. 
Producción: Andrea D'Odorico y Teatro Portátil. 






En el siglo XVI, el italiano Pietro Aretino escribió “Ragionamenti”, una novela en la que se reflexiona sobre los estados a los que podía aspirar una mujer de la época: casarse, ser monja o hacerse puta. Un siglo después, sale a la luz el libro “L’École des filles ou la Philosophie des dames” escrita por el francés Michel Millot, que inspirado por la obra de Pietro Aretino narra la necesidad de la libertad sexual y espiritual de las mujeres.
A partir de estos dos textos, dos de las obras más transgresoras de la literatura, surge La escuela de la desobediencia, que nos cuenta como Susanne (Cristina Marcos) instruye a su prima carnal Fanchon (María Adánez) en el despertar del placer sexual y el derecho humano a la libertad espiritual para que llegado el momento, ésta pueda desenvolverse en el pequeño margen de decisión que la sociedad de esa época ofrece a una mujer.



     Magistral interpretación de las dos únicas actrices que forman el elenco, tanto en las voces como en los movimientos. Durante hora y media conducen el espectáculo inmersas en una fluida dialéctica con marcado tono erótico y al mismo tiempo ingenuo, dejando tras de sus movimientos, sonrisas y miradas, una sensualidad divertida con su punto de candidez. 


     Una excepcional, elegante y refinada  puesta en escena llevada a cabo por  estas dos grandes actrices, que con un diálogo maratoniano (sólo interrumpido, por breves momentos, para dar paso a la viola de gamba tocada por Sofía Alegre y a la voz de la soprano Rosa Miranda) conquistan al público, acercándole con elegancia y sentido del humor las reflexiones de un clásico del siglo XVI sobre la sociedad de la época, haciendo hincapié en las limitadas expectativas de la mujer.


    

2 comentarios:

  1. Excelente función por lo visto aqui. Gracias por traérnoslo. En estos tiempos que corren, y dejando el teatro a un lado, la desobediencia es la única salida que nos dejan en la escuela. Un afectuoso abrazo.

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  2. Magnifica descripción de esa obra que seguro agrado a todos los que tuvieron la suerte de verla.
    Un beso.

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