miércoles, 18 de mayo de 2011

La sonrisa etrusca



Adaptación teatral que ha realizado Juan Pablo Heras con quien ha colaborado, a sus 94 años, el propio autor de la novela. “Oírme en el nuevo lenguaje me enternece”, ha dicho José Luis Sampedro respecto a esta versión teatral que dirige José Carlos Plaza. Héctor Alterio es Bruno, el viejo campesino calabrés, ya enfermo que deja su pueblo para vivir en Milán (donde en principio todo le parece “inhumano, sórdido y hostil”), en casa de su hijo (Nacho Castro) y su nuera, Andrea (Olga Rodríguez).



Tengo que reconocer la buena representación llevada a cabo por los ocho actores/actrices, que han conseguido salvar la belleza y el espíritu del texto original de la novela de José Luis Sampedro.

Leí en su día la novela de Sampedro, una lección de vida y amor llevada a cabo, (también en la obra teatral), con continuos cambios en el tiempo.

Los elementos decorativos en escena fueron muy escasos, pero resultaron ser  muy eficaces. Tal vez fue la tecnología avanzada lo que  atrajo y mantuvo mi interés por la representación durante  las dos largas horas que duró el espectáculo. Ya desde la primera escena estuvieron presentes muchas y variadas proyecciones audivisuales, situadas estratégicamente en tres pantallas ( una al fondo y dos laterales) que permitían fácilmente viajar al pasado, evocar personajes o situaciones presentes en la novela. También cabe señalar las abundantes voces en OFF que aludían a reflexiones y recuerdos del protagonista.

En general, la obra me gustó. Estuvo muy bien llevada y Héctor Alterio (Bruno) hizo un papel memorial.Sin embargo, me resultó demasiado larga y hubo breves y fugaces momentos en los que el aburrrimiento hizo acto de presencia. Creo que la adaptación de la novela hubiera sido más acertada llevarla al cine que al teatro. En la gran pantalla cobraría más vida y contaría con otros medios de  los que el teatro no dispone. Por poner un ejemplo disfrutaríamos de la presencia física de Brunettino (el nieto) que es el motor de la novela ; y en el teatro quedó reducido a un envoltorio que se iban pasando de mano en mano los actores.

2 comentarios:

  1. Recuerdo que cuando leí "La sonrisa etrusca" me dejó un regusto muy agradable. Está escrita con mucha ternura.
    La verdad es que no me la imagino en versión teatral, aunque tú la has descrito de maravilla.
    Gracias por este valioso documento.

    Un abrazo.

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  2. Hace mas de 10 años que leí la sonrisa etrusca ,me gusto mucho aunque me pareció en poco triste, no tenia ni idea que la habían llevado al teatro.

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