Durante 70 minutos, hemos asistido a la representación de "Rosa de dous aromas": obra montada sobre unas 15 escenas , en la que se narra el diálogo entre dos mujeres que se encuentran en la sala de espera de una cárcel, descubriendo que ambas van a visitar al mismo hombre. Una es Gabriela, la esposa, interpretada por Isabel Blanco; la otra es Marlén, la amante, interpretada por Sabela Hermida. Ambas tienen hijos del preso que está recluido por un delito de violación. Tras superar el conocimiento del engaño, deciden trabajar juntas para reunir el dinero suficiente, a fin de sacar a su hombre de la cárcel. Al final, llegan a una conclusión distinta al motivo que las unió: una vez reunido el dinero deciden gastárselo en viajes con sus hijos y dejan al recluso envejecer en la cárcel.
Una interpretación sin pena ni gloria, prácticamente inaudible, sobre todo por parte de Isabel Blanco y máxime al principio. A Sabela Hermida se le oyó algo mejor, pese a que el tono empleado resultase algo artificioso.
Resumiendo, un insulto para el espectador, teniendo en cuenta la cantidad de medios de los que se dispone en la actualidad respecto a sonido y amplificación.
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