sábado, 19 de marzo de 2011

EL SANTO DE MI DEVOCIÓN


Porque cualquier tiempo pasado fue mejor.

Los hechos protagonizados por esta humilde y bondadosa persona pusieron de manifiesto los valores, principios y actitudes de su vida encaminada a la santidad. Como consecuencia fue subido a los altares y canonizado por petición de sus dos devotas incondicionales. Estas dos " beatas" eran dos religiosas de la "Escuela Sevillana", que recibieron en su día sendos " diplomas" de la mano del santo. A la congregación se unía temporalmente algún que otro miembro, sin embargo su fe y devoción no eran lo suficientemente sólidas y enseguida abandonaban la "cofradía". Solamente estas dos beatas colgaban su escapulario del cuello cada día, entrelazaban en sus manos aquel rosario de cuentas negras que se deslizaban por sus dedos un día sí y otro también.
Con gran devoción y cariño hacían ofrendas al "santo" en su altar , recitaban plegarias y cuidaban de él para que no le faltara de nada ( hasta se preocupaban de proporcionarle calcetines en los días más crudos del frío y largo invierno ). Realizaban mil y una genuflexiones y no conocían otra forma de saludar que no fuera el "ora por nobis" acompañado de la señal de la cruz.
Cuando llegaba la Semana Santa se acercaban al altar con gran devoción y "la cruz a cuestas" y le cantaban saetas al " Cristo de los Gitanos ". Suscitaban envidias por doquier, el santo no dejaba de ampararlas y colmarlas de favores. Esta envidia fue extendiéndose como una nube de polvo, contaminando el ambiente e impregnando a las almas pecadoras de malas intenciones. Un día el altar del santo fue víctima de un acto de "sabotaje", de vandalismo, de destrucción.......No quedó ni rastro de él.
Aquello fue el comienzo de una "hecatombe". Desde aquel día las dos beatas merodean por las estancias, habitáculos y pasillos como dos almas en pena y, sin el amparo del santo, son sometidas a proyectos de destrucción, intencionados ataques contra su fe...... A pesar de todo y aunque su santo está lejos y ya no tienen altar para retirarse a orar, ellas sienten su presencia y su protección desde la distancia . No han perdido su fe, porque él es "La Guía" espiritual de sus almas y es que ......¡la fe mueve montañas!
Actualmente están pendientes de sentarse en "el banquillo de los acusados". Serán juzgadas por el tribunal de la "Santa Inquisición", presidido por Torquemada y posiblemente condenadas a la hoguera.
                                                 ¡ Qué el santo las ampare !



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